Poesía de Sinaloa
CACHANILLA Y SINALOENSE.
De: Cipriano Obezo Camargo
Navegando afligido en mi barca
puse velas al Norte y partí;
sin saber si habría calma o borrasca,
sin pensar que sería de mí.
Y al llegar al confín de la Patria
largué el ancla y las velas arrié;
levanté mi tienda en tierra hermana
y desde entonces ahí me quedé.
Mexicali: yo soy el viajero
que hace tiempo a tu suelo arribó.
Como tú me has querido te quiero
como también amo a Sinaloa,
que en mi infancia mi cuna meció.
Pasarón otros años, y siempre
partiré en dos alma y corazón.
¡puedo ser «cachanilla» y sinaloense !
al amparo del mismo pendón.
Pasarán otros años, y siempre
partiré en dos alma y corazón.
Puedo ser «cachanilla» y sinaloense
entonando esta misma canción.
