Poemas sinaloenses
EL CARTERO DE MI BARRIO
Por: José Ramón Sato Parra
Homenaje a los empleados postales
Las cartas albeantes
puntuales llegaron.
Sonó el silbatazo del fiel mensajero
y llegaron sobres y mil folletines;
muchos tarjetones, también boletines
su turno esperaban,
para despedirse en definitiva
de su gran transporte, el gran bolso de cuero….
La carta amorosa de novia distante
o misiva ardiente de algún pretendiente,
llegó siempre a tiempo;
arribó al destino de las ilusiones
a donde anhelaran sendos remitentes.
La carta que el hijo dirige a la madre
voló noticiosa rompiendo los vientos,
y el cartero amable, fue el depositario
de sus regocijos, o de sus lamentos.
Cartero,
cartero tú has sido hace mucho tiempo
el cartero del barrio.
Te llaman: Cartero,
y te apellidamos: Cartero del Barrio.
En el equilibrio llegas pedaleando
o trota… trotando,
y en la resistencia de tu espalda y hombro
va el epistolario, que se va entregando.
Cartero del Barrio,
llevas mil deseos, los pascuales ruegos
de albas navidades
y felicitaciones de los años nuevos;
y en el colorido de sus coberturas
tristes enlutados, van los matasellos.
Mostrando en la fecha huellas de sus viajes
-de todos tus rumbos, Rosa de los Vientos-
por tierra, por aires, por mares rugientes
las cartas conducen grandes sentimientos.
Empleados Postales, ¡Salud os deseamos!.
¡Que vuestros servicios siempre se aquilaten!.
Y que los pesares que conducen cartas
o grandes contentos de letras amables
se truequen en una, feliz coincidencia:
¡En grandes venturas, amplios bienestares
de vuestros hogares, de vuestra existencia!.
Tomado del libro; NOCTURNO A CULIACAN, poemas, Sato Parra, José Ramón, Talleres de Artes Gráficas Sinaloenses, Culiacán, Sinaloa, México, 1991.
